28 de noviembre de 2011

Capitulo 12

12. LAZOS FAMILIARES
Corregido por: Tania
¿Bill-E?—me lamento. Me contempla, con una ira desnuda llenando sus anormales ojos amarillos. —Bill-E... soy yo... Grubbs.
Él no te reconoce— dice Dervish, dando un paso hacia la izquierda. Los ojos de Bill-E contemplan a los adultos y se agacha a la defensiva. Detrás de él, Meera da un paso automático hacia atrás.
 
¡No!—ladra Dervish. —¡No te muevas! Atraerás...
Demasiado tarde. La cabeza de Bill-E se gira y se fija en Meera. Salta.
Meera deja escapar el inicio de un grito, pero la bestia ya está encima de ella, silbando mientras la lanza al suelo. Aterrizan duramente, con Meera debajo. Trata de sacarse al animal de encima, pero este agarra su mano y la muerde fuertemente. Ella empieza a maldecir, pero es interrumpida por el puño de la criatura que aterriza sobre el lado de su cara. Meera intenta respirar, aturdida. La bestia la agarra de ambos lados de la cabeza y le golpea el cráneo con fuerza contra el pavimento. La lucha continúa sin ella. Dientes brillando en la luz de la luna, sujetándose alrededor de la garganta de Meera. El monstruo está a punto de arrancar su cabeza y todo lo que puedo hacer es quedarme allí y contemplar como un idiota.
Pero Dervish no es tan inútil, se mueve tan rápido como Bill-E, y llega una fracción de segundo antes de que la muerda. Agarrando la oreja de Bill-E, lo tira con fuerza. La cabeza de la criatura se aparta de la garganta de Meera. Éste gime y entra en cólera, pero Dervish evade el golpe. Empuja con fuerza al animal, la cabeza primero. Clava su rodilla derecha con fuerza en la espalda del niño-bestia. Levanta su mano y clava la jeringa en el cuello de Bill-E. Ejerce presión sobre el émbolo y el líquido desaparece en sus venas.
Bill-E se congela y gime. Dervish quita la jeringa y la arroja a un lado. Bill-E se agita violentamente, y Dervish utiliza ambas manos y las rodillas para sujetarlo.
Locos segundos pasan. Bill-E se pone rígido de nuevo. Más tironeos. Se endurece por tercera vez, y finalmente se derrumba cerrando los ojos, sus extremidades muertas.
Dervish recuesta a Bill-E con la cabeza hacia abajo, luego se apresura al lado de Meera. —¿Meera?— murmura, comprobando su pulso, poniendo la oreja sobre sus labios, levantando sus párpados. No hay respuesta. Le endereza las piernas y los brazos, revisa a Bill-E, mira a su alrededor para ver si alguien se dio cuenta de la pelea, pero la carretera está desierta, salvo por nosotros. Se vuelve hacia mí.
Tú, maldito idiota—gruñe.
Miro a mi tío desconcertado, a continuación, me dejo caer y me entrego a las lágrimas.






Dervish me deja llorar hasta que no puedo seguir, entonces me da un pañuelo y dice con voz ronca. —Límpiate y ayúdame con Billy y Meera.
Me limpio la cara con el pañuelo y me levanto, aun moqueando.
¿Pensaste que yo era un hombre lobo?—pregunta Dervish.
Sí— le respondo con voz hueca.
Imbécil—dice, con el atisbo de una sonrisa. —No hay nada más peligroso que alguien conocedor de verdades incompletas. ¿Pero qué hubieras hecho si estabas en lo correcto? ¿Me hubieras atacado con un hacha? ¿Picado en pedacitos? ¿Enterrado en el bosque y haberle dicho a la policía que salí a caminar y nunca regresé?
No sé—me quejo. —No planificamos tanto. Creíamos que te encerrarías en la jaula en el sótano, pero luego te dirigiste hacia el valle, y nosotros-
¿Sabes acerca de la bodega?—me interrumpe. —¿Has estado allí?—
Sí. No con Bill-E. Sólo. Vi la jaula, el venado, los libros...
Dervish resopla, disgustado. —Sabía que lo encontrarías en algún momento, pero no tan rápido. Te he subestimado, Sherlock Grady.
Se inclina, ata los pies y luego las manos de Bill-E. Desliza una mordaza entre las mandíbulas del chico inconsciente, entonces lo coge y carga con el sobre los hombros, igual que con el venado.
¿Qué vas a hacer con él?— susurro. Imágenes de Dervish cortando la garganta de Bill-E, o enjaulándolo por el resto de su vida desfilan ante mis ojos.
Dervish gruñe. —Discutiremos esto más tarde, primero tenemos que llegar a casa. Estará a salvo una vez que lo encerremos en la jaula, allí hay agua, y se podrá alimentar del ciervo. Aquí estamos expuestos.
Pero...—comienzo
Guárdatelo—resopla Dervish. —Tenemos que movernos, ¡ahora! ¡No quiero ser el que intente explicarle a la Abuela Spleen que su nieto es un hombre lobo!
Sonreí fugazmente, dejando las cosas en suspenso. Dervish se dirige a la camioneta donde Meera se había estado ocultando. Abre la puerta trasera y mete dentro a Bill-E, a continuación, vuelve a por ella. Tengo demasiado miedo y vergüenza como para preguntar si está viva o muerta. En su lugar tomo mi hacha, la espada tirada de Bill-E y la jeringa. Siento un hormigueo en el brazo derecho donde Dervish me golpeó, pero puedo usar mi mano ahora, así que dejo las cosas junto a los cuerpos en la parte trasera de la camioneta. Dervish cierra la puerta. Luego subimos y regresamos a la mansión.
Por un minuto completo, no digo nada, como si se tratara de un regreso a casa en una noche normal. Dervish se concentra en la carretera, conduciendo despacio por una vez en su vida. Sus manos están temblando en el volante. Lo veo cambiar de marcha, entonces, sin poder contener las preguntas por más tiempo, le digo:
Tú sabías que Bill-E era un hombre lobo.
Obviamente.
¿Cuánto tiempo hace que lo sabes?
Unos pocos meses. Desde que comenzó a vagar por el bosque sin consciencia de la fase de la luna llena, matando animales —. Su cabeza se vuelve brevemente. —¿Sabías de eso?
Sí. Eso es lo que nos hizo sospechar de ti. Bill-E te vio recogiendo los cuerpos y deshaciéndote de ellos en el incinerador.
Dervish se estremece. —Al desaparecer los cadáveres, asegurándome de que nadie los encontrara, tenía la esperanza de evitar levantar sospechas y protegerlo. Supongo que fui demasiado inteligente para mi propio bien.
Miro detrás del cabezal del asiento. Puedo ver a Bill-E y Meera. El pecho de ella sube y baja, indicando que aún está viva. Estudio la cara de Bill-E, no hay pelo ni colmillos, pero su piel es un tono más oscuro de lo habitual, las uñas han crecido, y sus pómulos definitivamente han cambiado de forma, aunque ligeramente. Y sus ojos, si estuvieran abiertos, serían de un horripilante color amarillo. Y su boca... esos dientes...
¿Por qué no me dijiste?— pregunto en voz baja.
¿Qué tu mejor amigo era un hombre lobo?—resopla Dervish.
Yo te habría creído si me hubieras mostrado pruebas. Estaba dispuesto a creer eso de ti, así que también lo hubiera creído sobre Bill-E.
Tal vez—suspira Dervish. —Pero pensé que podría dispensarte de esto de la forma que he dispensado a Billy. No sabía hasta esta noche lo dañino que sería el cambio. A veces la locura nos toca, pero pasa. Yo estaba rezando para fuera algo pasajero, para que la enfermedad fuera débil en él y no se lo llevara.
Dervish conduce en silencio por un tiempo, ordenando sus pensamientos. No digo nada, esperando a que él elija las palabras a decir.
¿Cuánto de esto has adivinado?— pregunta más tarde. —Dime lo que crees que sabes.
Los Gradys están malditos—le respondo directamente. —Algunos de nosotros se convierten en hombres lobo. Ha estado sucediendo durante siglos.
Bastante bien—me elogia Dervish. —Sólo que se remonta mucho más allá de los siglos, y no es sólo con los Gradys, es con toda la línea familiar. ¿Qué más?
Me encojo de hombros. —No mucho. Creíamos que tú tenías la enfermedad, pero que lo podías controlar, o al menos encerrarte cuando era luna llena.
Nadie puede controlar la licantropía—dice Dervish en voz baja. —Cuando la enfermedad se apodera de ti, como lo ha hecho esta noche con Billy, estás condenado. El cambio toma un par de meses, pero una vez que el lobo viene a primer plano, el humano nunca vuelve.
¿Quieres decir que Bill-E se ha ido?— Él esta ...
No puedo continuar. Un terrible peso se posa en mí.
No del todo —dice Dervish, y el peso se levanta tan de repente como cayó en primer lugar.
¿Podemos salvarlo?—le pregunto, emocionado. — ¿Podemos revertir el cambio?
Hay una manera—asiente Dervish. —Pero vamos a hablar sobre esto más adelante, y si queremos o no correr el riesgo.
¿Qué quieres decir?— Salto. —Por supuesto que...
Tu hermana tuvo la enfermedad—me interrumpe Dervish en voz baja. Lo observo, horrorizado. —Para salvar a Billy, vamos a tener que lidiar con Lord Loss, como tus padres hicieron. Y si lo hacemos, corremos el riesgo muy real de terminar muertos, y Billy junto con nosotros.
¿Qué tiene... él... que ver con esto? — Digo con voz ronca.
Más tarde—dice Dervish. —Un misterio a la vez. Estamos cerca de casa, pongamos a Billy a salvo, entonces te lo diré todo.
Nos detenemos cerca de la parte trasera de la mansión, junto a los troncos. Dervish apaga el motor y me pide que quite la lámina de acero corrugado y abra las puertas que llevan al sótano secreto, mientras tanto, él retira los cuerpos inconscientes de la parte trasera de la camioneta.
¿Tú entraste de esta manera o a través de la bodega?— , pregunta mientras sostengo las puertas abiertas.
Por la bodega—jadeo-, las puertas son pesadas.
Mono inteligente—bromea. —Tendrás que contarme al respecto en otro momento. Tenemos cuestiones más urgentes de las que ocuparnos ahora. —coge a Bill-E y asiente con la cabeza para que avance.
Avanzamos por las empinadas y oscuras escaleras, pisando con cuidado, buscando cada escalón.
¿Necesitas ayuda con Bill-E?—pregunto por encima de mi hombro.
No—responde Dervish, bajando y bloqueando la luz de la luna. —Voy a estar bien. Adelántate y enciende algunas velas extra.
Llego a la parte inferior de la escalera, donde puedo encontrar una puerta. La empujo y entro al sótano. Estudio la entrada por la que acabo de pasar, me doy cuenta que el material de este lado de la puerta esta camuflado para parecer parte de la pared, lo que explica porque no la vi en mi visita anterior.
Mientras enciendo las velas de la mesa principal, y me mantengo lo más alejado posible de la carpeta donde estaba Lord Loss, Dervish entra y coloca a Bill-E en la jaula con el ciervo. Se asegura de que Bill-E este cómodo, luego cierra la puerta y se guarda la llave.
No te acerques a la jaula cuando se despierte—dice —Va a aullar como el diablo, se arrojara violentamente contra los barrotes, (y probablemente se dañe a sí mismo en el proceso) pero aléjate, sin importar qué. Todo lo que necesita es el fragmento de un segundo para abrirte en zanja.
Voy a tener eso en mente—comento secamente.
Dervish vuelve a subir y regresa un minuto después con Meera. La acuesta, alisa su pelo hacia atrás y contempla su inmóvil y golpeado rostro.
¿Cómo está?— Le pregunto, temiendo la respuesta.
Bien, creo—dice, y mi miedo disminuye. —Pero estará desmayada por un rato, se golpeó duramente contra el asfalto. Habría que llevarla a un médico, para que la revisen, pero no hay tiempo. La llevaré a la casa, donde estará fuera de peligro, antes de... antes de que despierte Billy. Después de eso solo podremos desear lo mejor.
Dervish se levanta, camina detrás de la mesa y se derrumba en la silla, suspirando profundamente. Me dice que me acomode, pero estoy demasiado nervioso para sentarme y prefiero quedarme de pie.
Quiero saber acerca de hombres lobo, le digo sin rodeos. Quiero saber qué tiene que ver con ellos Lord Loss, cómo sabes que Gret tenía esta enfermedad, y cómo podemos revertirla en Bill-E.
Dervish asiente. —Preguntas razonables. Pero me sorprende que no me hayas hecho la más obvia; ya que esta es una enfermedad de la familia, transmitida de una generación a la siguiente, ¿cómo es que Billy la tiene?
Ya sé todo sobre la conexión de Bill-E con nuestra familia —resoplo.
Dervish me mira fijamente, boquiabierto. — ¿Te importaría decirme cómo?
Bill-E lo descubrió hace años. Como él dijo, no hacía falta ser un genio para adivinar que tú eras su padre. Háblame ahora de...
¿Qué?—grita Dervish, inclinándose hacia adelante. — ¿Él cree que soy su padre?
Por supuesto—frunzo el ceño. — ¿No lo eres?
Dervish se sienta, gime y cierra los ojos. —Soy un completo idiota —gruñe. —Debí haber visto esto venir. ¿Cómo puede ser que en todos estos años no me haya...?
Se aclara la garganta y levanta su mirada.
Coge una silla—me ordena. —Suena como una película mala, pero vas a querer sentarte para oír esto.
Empiezo a darle una respuesta sarcástica, pero veo una expresión dura en sus ojos. Arrastro una silla y me siento frente a él, como un estudiante ante un profesor.
Hay probablemente una forma diplomática, sensible, compasiva de decir esto—dice —, pero no se me viene rápidamente a la mente, y no tengo tiempo para buscarla. Así que voy a decirlo claramente, no importa lo perturbador que pueda resultar. Yo no soy el padre de Billy, soy su tío.
Lo miro con incertidumbre. —No entiendo.
Las personas no son perfectas, Grubbs —murmura. —Incluso el mejor de nosotros comete errores. La vida es complicada. Todos... —se aclara la garganta. —Tu madre nunca me quiso, y no era ningún secreto.
¿Qué tiene que ver eso con...? —comienzo a decir, pero me hace callar con un gesto.
Visité a Cal un par de veces en los últimos años. Ella aceptaba eso, sin embargo, con la excepción de un solo viaje aquí hace años, se negaba a poner un pie en Carcery Vale, así que Cal solía venir aquí él solo. Fue un grave motivo de discordia entre ellos. Intente muchas veces hablar con Sharon sobre eso, pero ella no... —Dervish se desvanece en un silencio inquietante, a continuación, comienza de nuevo. —Tu padre amaba a tu madre, y a ti y a Gret, pero no era un santo. Viajaba mucho, por negocios, pero no siempre dormía solo.
Me levanto, furioso por lo que Dervish está sugiriendo. Pero antes de que pueda llegar a él, continúa rápidamente.
Eran aventuras de una sola noche o relaciones de corto plazo, carentes de sentido. Sharon nunca supo, o así me dijo Cal. Mi hermano tenía muchas cualidades admirables, pero la fidelidad no era una de ellas. Nunca quiso hacerle daño a tu madre, pero no pudo serle fiel, no estaba en su naturaleza.
¿Por qué me dices esto?— Siseo, mis manos apretadas en puños, y lágrimas en los ojos.
Dervish me mira con la cabeza ladeada, como si fuera un tonto por preguntar. —Debido a que un año tuvo un romance con una mujer de la villa mientras se estaba quedando conmigo, y la mujer termino embarazada. Ella no le dijo nada hasta después de que naciera el bebé, y luego negó todas sus ofertas sobre compartir la responsabilidad. Emily Spleen era testaruda, decidida a vivir la vida a su manera, le dijo a Cal que ella no iba...
¡Detente!— Jadeo, cayendo de nuevo sobre mi silla. —No —le ruego.
Hice una promesa en mi juventud de que nunca tendría hijos —dice Dervish, haciendo caso omiso de mi petición. —Tenía miedo de que la enfermedad los atrapara. Estaba decidido a evitar que ellos, y yo mismo, tuviéramos que atravesar ese tormento. Cal no compartía ese punto de vista, pensaba que en la vida valía la pena correr el riesgo.
Cuidé de Billy cuando Emily murió porque era mi sobrino, no porque fuera mi hijo. Cal era el padre de Billy, Grubbs. Billy no es tu primo, es tu hermano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario