25 de noviembre de 2011

Capitulo 8

8. UNA TEORÍA

-Estas loco.
Corrimos por las escaleras hasta la sala principal. Bill-E apurándose para alcanzarme.
Tiene sentido—, insiste, colocándose por delante de mí, bloqueando mi camino. —Las marcas de mordidas. La forma en que los animales fueron desgarrados por el centro. ¿Por qué recoge los cadáveres y los incinera? Se esta deshaciendo de la evidencia. 
 
¡No me lo puedo creer!— Resoplo de nuevo, y lo empujo mientras paso delante de el. —¡Hace un rato me dijiste que Dervish era tu padre, y ahora te parece que es un hombre lobo!
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?— Bill-E dice. —Los Hombres Lobo son personas normales, excepto cuando hay luna llena.
¡Estás completamente loco!— Le grito, abriendo las puertas delanteras, saliendo a la bienvenida luz del sol. —Este es el siglo XXI. La policía tiene cámaras por todas partes. Pruebas de ADN. Todo lo demás. Un hombre lobo no podría durar una semana en el mundo de hoy.
Lo haría si tuviera astucia humana,— Bill-E no está de acuerdo. —Escúchame, ¿quieres? He estado pensando en esto durante los últimos meses. Tengo la mayoría deducido.
Me detengo de mala gana. Una gran parte de mí quiere seguir caminando y no escuchar otra palabra de Bill-E. Pero una pequeña parte está fascinada y quiere saber más.
Sigue—, gruño. —Pero si comienzas a hablar sobre balas de plata o...
¿Crees que quiero matarlo?— Bill-E exclama. —¡Él es mi padre!
Bill-E camina mientras describe su teoría. Yo camino a su lado.
En el cine te conviertes en un hombre lobo si otro hombre lobo te muerde. Pero no creo que decenas de personas de una familia hayan sido mordidas, una tras otra, durante tantos siglos. Debe estar en los genes, de padres a hijos. Los desafortunados nacen para convertirse en hombres lobo. Así que me imagino que empiezan a cambiar muy pronto, cuando son niños o adolescentes. Dervish esta en sus cuarenta. Si él es un hombre lobo, creo que ha estado viviendo con esto durante décadas.
Los Hombres Lobo no pueden ser asesinos salvajes—, continúa. —Si así fuera, Dervish habría matado un montón de gente aquí. He revisado los periódicos viejos en la biblioteca, nadie que viva por la zona ha sido asesinado por una bestia salvaje recientemente.
Tal vez anda más lejos si debe asesinar,— indique irónicamente.
Pensé en eso—, dice Bill-E con seriedad. —Pero he mantenido una estrecha vigilancia sobre él en estos últimos meses, y no lo he visto pasar noches fuera en ningún momento cuando hay luna llena. Además, hemos visto algunas de sus matanzas locales, los animales sacrificados. Si caza y mata animales tan cerca de casa, no hay razón para que no cace y mate a los seres humanos aquí. Pero Dervish no es un asesino. Si yo hubiera pensado que había incluso una pequeña posibilidad de que él lo fuera, no estaría hablando contigo; le estaría diciendo a la policía.
¿Delatarías a tu propio padre?— Bufe.
Estaría obligado si él estuviera matando—, dijo Bill-E en voz baja. —A los asesinos no se les puede permitir que vagar libremente.
Estamos ahora cerca de los galpones. Una gran hoja de acero corrugado se encuentra en el suelo entre estos y la mansión. Nos dirigimos a ella simplemente porque no hay ningún lugar mejor para ir. Esto solía ser un pequeño huerto. Hay varios troncos de árboles cerca. Bill-E se sienta en uno y yo me siento en otro. Toco la chapa con el pie, considerando la 'evidencia'.
Así que piensas que Dervish es un hombre lobo con conciencia. Mata a los animales, pero no a las personas.
¿Es eso tan difícil de creer?— Bill-E pregunta. —Aceptas que los demonios son reales, ¿por qué no los hombres lobo?
Acepto a los demonios, porque los he visto—, le respondo secamente. —Y estoy seguro de que son demonios veinticuatro horas al día, corruptos y malvados todo el tiempo. Si me pidieras que creamos que la gente se puede convertir en bestias salvajes, físicamente transformarse en lobos, tal vez podría. Pero no creo que un ser humano ordinario pueda convertirse en un peludo, de ojos amarillos, colmilludo hombre lobo durante la noche, y luego volver a su forma normal al día siguiente.
Nunca dije que se transformara,— Bill-E noto rápidamente. —Creo que es más un estado mental que físico.
¿Qué pasa con las criaturas en el libro?
A lo mejor funciona de diferentes maneras en diferentes personas—, sugiere. —Algunos no lo pueden manejar y cambian por completo. Otros, como Dervish, son capaces de controlarlo.
Grados de licantropía— Dije con una carcajada. —Esto se vuelve cada vez más delirante cada vez que abres la boca.
De acuerdo,— Bill-E resopla, levantándose, con los hombros caídos. —Como tu quieras. Pensé que estaba haciéndote un favor, pero si vas a burlarte de mí, yo solo...
¿Cómo crees que me estabas haciendo un favor?— Interrumpo.
Yo no vivo aquí—, dice Bill-E, girándose hacia la salida. —Cuando llegue la próxima luna llena, voy a estar metido en la cama, en el valle, seguro, con el Abuelo y la Abuela. Tu estarás aquí ... solo en la casa … con Dervish.
Horas más tarde. Tratando de reírme. Locura. Una locura total. Yo no debería estar ni siquiera considerándolo
¡Y sin embargo...!
En un mundo acosado por los demonios, ¿por qué no podrían existir los hombres lobo también? Y no puedo pensar por qué Dervish pudiera estar buscando en el bosque a los animales muertos y quemarlos en secreto. Y algunos de los rostros en el libro sin duda coinciden con los de la sala de retratos.
Por otra parte, solo tengo la palabra de Bill-E de que el libro trata sobre los hombres lobo. Dervish tiene un extraño sentido del humor. Podría haber sido una broma para Bill-E. Tal vez incluso haya pegado las fotos y los dibujos él mismo. Lo que tendría más sentido que las teorías de hombres lobo. Mucho más lógico.
¡Y sin embargo...!

Dervish llega de nuevo justo antes del atardecer. Le saludo al entrar. —¿Fuiste a algún lugar en especial?
Sólo a dar un paseo—, responde, peinando su cabello gris a los lados de la cabeza.
¿Dónde está Meera?— Pregunto.
Fuera, por el campo. Ella se estará quedando aquí durante la próxima semana, pero estará entrando y saliendo mucho. ¿Dónde está Billy?
Se fue a casa.
¿Oh?— Dervish hace una pausa en su camino hacia el cuarto de baño. —Pensé que iba a ver la televisión.
Tenía otras cosas que hacer—, miento.
Dervish continúa hacia el cuarto de baño. Mis ojos le siguen de forma automática, estudiando su rostro, el conjunto de la mandíbula, la corona de su cabeza, en busca de anormalidades.

Noche. Densas nubes. Sólo breves destellos de las tres cuartas partes de la luna llena.
Viendo la televisión con Dervish, un documental sobre una mujer india que él conoce. Todo sobre el uso de energías naturales del cuerpo para curar enfermedades. ¡BOSTEZO!
Un juego de ajedrez después. Dervish parece distraído (¿o lo estoy imaginando?). Juega suelto, menos agresivo de lo habitual. Me gana, pero tomo un par de sus piezas más importantes y hago que trabaje duro por su victoria.
Dervish se estira. Gime. Mira su reloj. —Estoy exhausto. Me acostare temprano. ¿Te quedaras despierto hasta tarde?
Mantengo mi mirada baja. —No. Yo también estoy bastante cansado. Te seguiré pronto .
Astutamente lo veo trotar por las escaleras, no con el ritmo de un hombre cansado dirigiéndose a la cama.
Ordeno las piezas de ajedrez sobre el tablero. Sin hacer nada, jugando contra mí mismo. Silencio, la casa cruje a mi alrededor, el viento soplando ligeramente fuera.
Abandono el juego a medio camino. Voy a mi habitación. Hago una pausa en la puerta. Esto es tonto. Si lo dejo así, voy a estar imaginando peligro dondequiera que mire. Tengo que compartir esta casa, mi vida, con Dervish. No puedo permitir que algo tan ridículo se ponga entre nosotros.
En retirada, voy a la planta superior. La habitación de Dervish. Me detengo en la puerta un momento decidiendo como comenzar mi historia, decidiendo decirle todo lo que Bill-E dijo. Sonrío cuando me imagino su cara incrédula. Entonces golpeo dos veces con los nudillos y entro.
Perdón por interrumpir, pero tengo que ...
Me detengo a mitad de la frase.
La habitación está vacía.
He explorado toda la casa. Su estudio. Los cuartos de baño y aseos. Las otras habitaciones.
En la planta baja. Incluso el sótano, en caso de que este limpiando, admirando su colección de vinos. No está aquí.

Sentado en la cama. Escuchando el viento. Pienso en los animales muertos y las antiguas películas sobre hombres lobo.
Tengo miedo de dormir.
Mis ojos se abren. Madrugada. Debo haberme quedado dormido a pesar de mi miedo. Salto de la cama. Es un día gris, el cielo oscurecido por las nubes.
Bajo a la cocina. Olor de tocino frito y salchichas. Abro la puerta lentamente. Dervish se encuentra dentro, con la sartén, tarareando. Le toma un momento verme. Sonríe.
Te levantaste temprano.
No dormí muy bien.
¿Hambriento?— Dervish pregunta. —¿Quieres un poco de tocino? ¿Huevos?
Me haré unas tostadas.— Me pongo dos rebanadas de pan en la tostadora, de espaldas a él. —Llamé a tu puerta ayer por la noche—, le digo inocentemente. —No te podía encontrar. ¿Donde estabas?
La más corta de las pausas. Entonces, —Si. Fui a un bar en el Valle. Me encontré con Meera allí. Fuí a otro lugar después. Lo siento, olvide decírtelo
No importa.— Tomo la mantequilla. —¿Te fuiste en moto?— Si él dice que lo hizo, sabré que está mintiendo, lo habría escuchado.
No—, dice. —Caminé. No puedo beber y conducir.
Me doy vuelta, sonriendo. Dervish está concentrando en su tocino. Y no puedo creer que pase tanto tiempo preocupándome anoche. Abro la boca para decirle acerca de la escena de ayer con Bill-E.
Luego la cierro.
Dervish esta agarrando un huevo con su mano derecha. Mis ojos se sienten atraídos por sus uñas. No muy largas, pero irregulares. Sucias. Manchas rojas debajo.
Podría ser la pintura u oxido o algo que comió en el bar la noche anterior.
O podría ser sangre.
Lo miro fijamente. Sigo mirando.
La tostadora salta detrás de mí.

Casi grito.



Estoy sacando la ropa de la lavadora. Si Dervish me sorprende ahora, voy a decir que me deje dinero en uno de mis bolsillos.
Calzoncillos. Calcetines, Camisas. Pantalones. Finalmente, una camisa azul de mezclilla con una pequeña insignia de águila en el bolsillo izquierdo del pecho. La camisa que Dervish llevaba la noche anterior.
Pongo mi nariz sobre ella. Desagradable y sudorosa, pero no con olor a humo. Ni a alcohol. No es como olería si hubiera pasado unas horas en un pub.
Sentado junto al teléfono. Quiero llamar a Bill-E, contarle sobre la desaparición de Dervish, la sangre, la camisa sin perfume. Excepto...
Que él podría haber ido al pub como dijo.
Tal vez se cambio la camisa antes de salir, después de la última vez que lo vi.
Las manchas debajo de las uñas podrían haber sido cualquier cosa.
Si Bill-E no hubiera llenado la cabeza con basura, no habría pensado nada de que Dervish saliera sin decírmelo. No es la primera vez que lo ha hecho. Me da un montón de espacio y libertad, y espera lo mismo a cambio. Nada sospechoso al respecto.
Pero ¿qué hace cuando está fuera solo? ¿A dónde va? ¿Realmente se encontró con Meera en el Valle?
Si es así, ¿por qué no volver aquí con ella? Y si cambió camisas antes de salir, ¿por qué no esta la que llevaba a la taberna en la máquina con el resto de su ropa sucia? Valle Carcery. En las afueras de Lion & Lamb. Hay varios pubs en el Valle. Quiero ir a todos ellos para comprobar si Dervish estaba en la ciudad la noche anterior.
Mi historia, Dervish perdió su reloj, y me mandó a preguntar si lo habían encontrado. No puede recordar en que pub que había estado, por lo que preguntaré en todos.
Intento contenerme, alguien podría hablar de mis preguntas con Dervish.
Al final me doy la vuelta desde el Lion & Lamb y vuelvo a casa. No lo suficientemente temerario o asustado como para comprobar la coartada de Dervish. Todavía no.

Noche. Solo en la casa. Meera llamo esta tarde. Quería preguntarle si había disfrutado el bar la noche anterior, pero Dervish estaba allí y yo no quería ser tan obvio. Se fueron hace unas horas. Dervish me dijeron que iban al valle y que no esperara por ellos. Me preguntó si me gustaría que me traiga algo. Le dije que me trajera algunas papas.
Una idea realmente loca, ¿y si tanto Dervish como Meera fueran hombres lobo? Deseche esa idea de mis pensamientos incluso antes de que estuviera completamente formada.
En uno de los dormitorios extra, cerca del extremo inferior de la casa, donde la extensión es de ladrillo. Una visión clara de la carretera desde aquí. La habitación al otro lado de la sala tiene una visión igual de buena del patio trasero y el granero. He dejado la ventana abierta, así que si hay algún ruido, debería escucharlo.
Pegado a la ventana del frente. Con la esperanza de ver de nuevo a Dervish y Meera volviendo de la Villa, cantando borrachos. Planeando cortantes comentarios para Bill-E. Preguntándome si todo esto es un gran chiste diseñado para asustarme. Voy a estar terriblemente enojado si lo es, pero aliviado al mismo tiempo.
Después de la medianoche. Los ojos se me cierran. Un ruido de estruendo me sacude y estoy medio aturdido. Voy al cuarto trasero. Hasta el borde de la ventana abierta. Me asomo. Las nubes no son tan gruesas como eran antes. Una luna casi llena ilumina la mayor parte del patio, aunque las nubes a la deriva crean sombras estiradas.
Dervish y Meera están cerca de hoja de acero corrugado, donde están los troncos. La están deslizando hacia un lado. Detrás de ellos, en el suelo, medio oculto por las sombras, se retuerce algo grande. Yo enfoco a mis ojos en el. Momentos después, las nubes despajan la luna y su luz cae directamente sobre la criatura.
Un venado, sus cuatro pezuñas unidas con una cuerda, en su hocico un bozal.
Dervish y Meera terminan con la lámina de acero corrugado. Veo dos grandes puertas de madera en el hormigón en el centro del anillo de troncos de árboles. Una gruesa cadena y un candado. Dervish se inclina, toma una llave de su bolsillo, abre el candado, lanza la cadena a un lado y abre las puertas.
Pasos que conducen debajo de la tierra. Dervish recoge al ciervo y lo coloca sobre sus hombros. Lucha. Él lo ignora y comienza a bajar las escaleras. Meera lo sigue, haciendo una pausa para cerrar la puerta detrás de ella.
Nubes cubren la cara de la luna. Contemplo las puertas en el suelo. Silencio Mi cara blanca.
Petrificado.
Esperando que Dervish y Meera salgan. Masticando mis uñas. Volviendo a mi anterior idea, ¿y si los dos son hombres lobo? Trato de animarme recordando su juramento cuando me mudé, 'Vas a estar a salvo aquí.' Preguntándome si eso sigue siendo cierto.
Minutos pasan. Diez. Quince. Media hora.
Pensando que no parecían diferentes cuando llevaron el ciervo hacia abajo. Sin pelo extra. Ni afilados caninos. Vestidos con sus ropas habituales. No estaban aullando a la luna. Dervish fue capaz de insertar la llave en la cerradura, por lo que sus manos no podían ser garras. No en el aspecto o en las acciones como hombres lobo.

Cuarenta y cinco minutos. Cincuenta. Llegando a una hora ... vuelven a aparecer.
Pero no a través de las puertas en el suelo, ¡sino que por la cocina!
Ellos salen de la casa, hacia las puertas de madera. Dervish toma la cadena, la pasa a través de los dos grandes asas, y coloca el candado. Ambos deslizan con cuidado la hoja de acero corrugado de nuevo en las puertas, ocultándolas. Arrastran los pies sobre las marcas en la tierra dejada por la chapa, enmascarando sus huellas. Limpian sus manos. Dervish le da a los alrededores una última mirada, y luego regresan a la casa.
Tan pronto como entran, cierro la ventana y corro mi habitación, no quiero que me encuentren aquí.
Bajo las sábanas, completamente vestido, temblando.

Pasos en la escalera.
Cierro los ojos y finjo dormir, esperando que Dervish entre en mi cuarto. Pero los pasos continúan hasta la planta superior; su estudio.
Espero unos minutos. Cuando no hay más sonidos, me deslizo de la cama, me desnudo y me pongo el pijama, y ​​luego vuelvo a la habitación trasera. (Puedo fingir que soy sonámbulo si me descubren ahora.)
Estudiando la hoja de acero corrugado. Contemplando el rompecabezas. Dervish y Meera bajaron las escaleras en el patio trasero, pero subieron dentro de la casa. Debe haber un pasadizo secreto a ese lugar dentro de la mansión.
Cálculo rápido. Doy rápidamente con la obvia respuesta: el sótano. El vino es sólo un ardid. Dervish no quiere que me mantenga lejos de la bodega para proteger a sus cosechas, sino para salvaguardar lo que hay debajo.

En la cama. Imposible dormir. Las rodillas hasta el pecho. Temblando. Sosteniendo un hacha de plata que tomé de una de las paredes. Rezando para no tener que usarla.
Poco después del amanecer. Se me cierran los ojos. Los dedos sueltos en el mango del hacha.
La puerta se abre. Meera entra. Trato de gritar, pero se me contrae la garganta y todo lo que sale es un chillido fino.
Meera sostiene una bolsa. Mete una mano en ella. Mi imaginación llena la bolsa con todo tipo de horrores. Me esfuerzo por levantar el hacha, pero se engancha en las sabanas. Meera saca un grupo de objetos de la bolsa y me los tira. Me estremezco lejos de ella, deseando poder hundirme en la pared detrás de mí.
Algunos de los objetos me golpean en la cara. Yo grito, desesperado alejándolos de mi, a continuación, abro y cierro los ojos con sorpresa cuando me doy cuenta de lo que me está tirando...

¡Patatas fritas!

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