Dos toques más tarde. La luz naranja sigue pulsando y cambiando de tamaño. A pesar de que puedo llamarlo para que se acerque como
hago con los otros parches, no puedo alejarlo más de veinte o veinticinco pies.
Ya empieza a molestarme, como un insecto que zumba
en frente de mi cara. Un malestar me recorre cada
vez que alcanzo a verlo. Sé que es una locura
preocuparme por una luz, pero no puedo evitarlo. Tengo
un mal presentimiento sobre esto.
Es un hermoso día soleado. Nuestro maestro, Logan Rile, decidió no perder el
clima, así que vamos a tener clases fuera, en uno de los campos alrededor de
Paskinston. Somos treinta y cuatro niños, de
varias cursos y edades, sentados en un semicírculo alrededor de Logan. Nos está hablando acerca de las placas tectónicas. Logan no es el mejor de los maestros. A veces se olvida que está hablando con niños y se
vuelve demasiado técnico. Muy pocos de nosotros
entendemos todo lo que dice. Pero es interesante,
y las partes que tienen sentido son fascinantes. También
es divertido cuando lo entiendes, ya que te hace sentir inteligente.
Algunos de los niños más pequeños,
de la guardería, han venido con nosotros. Su
cuidadora habitual ha ido a la feria y su reemplazo está teniendo complicaciones
para hacer cuidar a los más pequeños. Ella estaba
encantada cuando Logan se ofreció a ocuparse de unos cuantos durante el día.
Art está jugando con las canicas de
color naranja a mi lado. No debo dejarlo, pero le
gustan demasiado. De todos modos, él no los ha
puesto en su boca todavía. Mantengo una estrecha
vigilancia sobre él, comprobando cada par de minutos para asegurarme de que
ambas canicas están a la vista, y no en su estómago.
— ¿Así que estas placas se mueven todo el tiempo? — Bryan Colbert
pregunta. Bryan es uno de los chicos mayores, casi
diecisiete años.
— Lo hacen — dice Logan. — Los continentes están
a la deriva todo el tiempo. Es muy lento, pero
está pasando. Un día, Australia chocará con
América o África, no puedo recordar cuál, y los efectos serán catastróficos. Nuevas montañas surgirán. Habrá
maremotos. El polvo obstruirá el aire. Miles de millones de personas y animales morirán. Podría ser el fin de toda vida en este planeta.
— Pero yo pensaba que
eso no podría suceder. Todo el mundo... todo... no
puede simplemente morir. ¿No dejara Dios a algunos de
nosotros con vida?
— Ni siquiera Dios
puede evitar el fin de la vida en este planeta — dice Logan, serio como siempre. — O el final de la vida
en este universo. Todo tiene su fin. Así es la vida. Pero tal
vez haya un nuevo comienzo cuando nuestro mundo se acabe. Nueva vida, nuevas criaturas, nuevas formas de existir.
— Ni yo — sonríe Logan. — Pero nuestros deseos
son irrelevantes. Se trata de cómo son las cosas. Podemos aceptar la verdad y vivir con ella, o vivir
en la ignorancia. La muerte no es algo que temer. Una vez que lo piensas y lo pones en perspectiva, no
es tan malo. De hecho, muchas personas...
— ¡Ahora! — Una mujer grita, interrumpiendo a Logan. Todas nuestras cabezas se giran a la vez, como si
estuvieran conectadas. Yo veo a la señora Egin
avanzando hacia nosotros, sus dedos recorridos por espasmos, y espuma en su
boca. — ¡Esta sucediendo! Hasta la garganta, más allá de las encías, mire todo
el mundo, aquí viene.
La luz rosa que la acariciaba hace
unos días ha crecido mucho y ahora parece estar tocándola justo detrás de la
cabeza. Está latiendo rápidamente. Otros parches de luz alrededor de ella están pulsando
también, y se aproximan como atraídos magnéticamente.
— ¿Señora Egin? — Logan dice, levantándose, indicando al resto de nosotros
que debemos permanecer sentados. — ¿Está bien?
— ¡Me dijeron que no
podía hacerlo! ¡Pensaron que no era lo
suficientemente fuerte como para invocarlos! — Ella se ríe con su risa de bruja, y entonces canta — ¡Incorrecto! ¡Falso! ¡Falso! ¡Ahora! ¡Ahora! ¡Ahora!
— ¡Me verán morir! — grita y sus ojos escudriñan el grupo, centrándose en mí. — ¡Encuentra al ladrón!
¿Quién es el ladrón? ¡Encuéntralo!
El miedo vuelve disparado. No estoy tan asustado como cuando estaba solo con
ella, pero estoy petrificado. Los demás también. Nos amontonamos unos contra otros, buscando
protección en el grupo.
Logan da un paso adelante. — Déjeme llevarla a
casa, Señora Egin. — Le llevaremos a la cama, llamaremos a un médico, y usted estará perfectamente
en menos de lo...
La señora Egin ruge una palabra que
no conozco. Sus labios se están moviendo
rápidamente ahora, en ese extraño idioma que hablaba antes. Logan se detiene y duda. Eso
me asusta aún más; es una mala noticia cuando el adulto a cargo está tan
asustado como tú.
Los parches pulsantes de luz se
mueven más rápido, atraídos hacia la luz de color rosa. Se mezclan con él, entonces fluyen hacia la señora
Egin. Ahora ella está brillando desde el interior, las luces debajo de su carne,
fundiéndose a través de su cuerpo.
La señora Egin estalla en
carcajadas, mientras que Logan se me queda mirando sin decir nada. Miro a mí alrededor. Todo
el mundo me está mirando de manera extraña. Ellos
no pueden ver las luces. No hay nada que ninguno
de ellos pueda hacer para evitar que esto ocurra.
Me concentro en la señora Egin. Una
protuberante, palpitante burbuja de luz se ha formado detrás y encima de ella,
los parches se derriten juntos, mezclando sus colores, entrando en ella. Sus ojos son cuencos de luz. No puedo ver sus labios ya que espuma multicolor los
esconde. Su piel parece estar mudando.
La bruja grita triunfante. Una aguda nota de maldad y victoria. Me tapo los oídos con las manos. Logan los cubre también. Mis
ojos se cierran impulsivamente, pero rápidamente me obligo a abrirlos. Veo a la señora Egin retroceder tambaleante. Se pone rígida, sus brazos a los costados, la cabeza
inclinada hacia la izquierda. Una sonrisa dulce, tierna, cruza sus labios.
Entonces las luces estallan a
través de ella. Y ella explota. Recortes vuelan por todas partes; carne, hueso,
vísceras, sangre. Logan y los niños más cercanos
son salpicados. Ellos chillan con asco y terror. Un trozo de hueso golpea duramente a Logan en la
cara y cae, gruñendo de dolor.
Me tapo los ojos y arrastro a Art
cerca de mí, dándole vuelta para alejar sus ojos de la carnicería. Estoy gritando.
Todo el mundo lo esta. Pero todavía se pueden oír los gritos de la señora
Egin sobre el sonido de todos los demás, a pesar de que no puede hacer ningún
ruido ahora.
Paso un número incontable de
segundos el grito de la bruja se mantiene, mezclándose con el nuestro. Luego se detiene. Todo
el griterío se detiene en el espacio de un segundo o dos. Nos envuelve un extraño silencio no natural.
No quiero mover mi brazo, pero debo
hacerlo. Tengo que mirar. Otros se asoman también, aunque la mayoría todavía
se cubre los ojos o mira hacia otro lado.
La Señora Egin ya no esta. Nada queda de ella, excepto un círculo de sangre y
la carnicería espantosa, que cubre el césped, Logan y a muchos de los niños. Y en el centro del círculo, un panel gris.
El parche grande de luz color gris
cuelga inmóvil uno o dos pies por encima del suelo. Tiene
tres o cuatro pies de ancho, tal vez seis o siete de alto. Rondo en los bordes.
Yo no soy el único que puede ver
esta luz. Otros están apuntando hacia ella,
jadeando, murmurando: — ¿Qué diablos es eso? — Se trata de un tipo diferente de luz de los que los demás suelen
ver.
Logan se levanta, frotándose la
cabeza. Mira fijamente con incredulidad el lío
sangriento, y entonces al panel de luz gris. Él
es un hombre educado y con experiencia. Pero
nunca ha visto nada como esto antes.
Logan camina alrededor del panel de
luz. No puedo ver sus pies cuando está detrás de
él. Luego vuelve a mi campo de visión. Esta más desconcertado que asustado, como la mayoría
de los niños a mi alrededor. ¡La luz ha causado
más sorpresa que la señora Egin explotando! Tal
vez están en estado de shock, no listos para hacer frente a la explosión y su
muerte aún.
Yo no había querido hablar, pero
ahora que lo he dicho, sé que tengo razón. Todo
el mundo me mira. — ¡Esto es malo! — , grito — Esa
luz es peligrosa. Tenemos que escapar.
— Esta bien Kernel, — dice Logan. — Esto es alucinante, estamos en medio de algo maravilloso.
No estoy seguro de lo que está pasando, pero esto
es algo único. La señora Egin... esta luz... ¡es
increíble! — Él contempla con alegría.
Algunos niños se ponen de pie y se
acercan a Logan y al panel de color gris claro. Ellos
no tienen miedo ahora que Logan tampoco lo tiene. Confían
en él. Piensan que sabe lo que es mejor para
ellos.
— Estás cubierto de sangre! —Yo gruño furioso,
incapaz de creer que alguien tan inteligente pueda ser tan estúpido. — ¡La señora Egin está muerta! ¡Estás
caminando a través de sus entrañas!
Logan parpadea. Mira su camisa y los pantalones empapados de sangre.
Sus manos rojas. El
lío en torno a él. — Oh — dice en voz baja. — ¡Oh, Dios m...
Algo brota de la luz gris. Tiene dos piernas largas y un cuerpo rechoncho, de
cuero, cuatro brazos que terminan en dedos gruesos y peludos. Una cabeza de color verde oscuro, mezcla entre un
humano y un perro. Sin boca. Orejas largas y caídas. Amplios,
y malvados, ojos blancos.
La cosa agarra a Logan. De alguna manera hace un ruido silbante. Logan lo contempla en estado de shock. Dos de las manos en su cabeza. Las otras tomándolo de sus hombros. Los pelos de sus dedos se extienden, creciendo a una
velocidad antinatural, cavando en la carne de la cara de Logan. Un pelo se clava en su ojo derecho, perforándolo. Logan grita de dolor.
A continuación, los brazos de la
cosa, dan un tirón a la cabeza rápidamente, ¡desprendiéndola del cuello de
Logan! El monstruo la lanza al suelo. La pisa con fuerza con su pie derecho. Y la cabeza cortada de Logan parece un melón que
cayo desde una gran altura.
La cosa nos mira al resto de
nosotros. Extiende sus brazos y sisea. Y treinta y cuatro niños gritan como uno solo, y
orinan sus pantalones.
Gracias por el nuevo capitulo
ResponderEliminarEl mejor capitulo hasta el momento!
ResponderEliminarGRANDIOSO!
Muchas gracias.